Aproximación a los orígenes de la Colònia Taxonera, actual barri de la Teixonera.
En el cambiante mapa urbanístico de la Barcelona de principios del siglo XIX, se aprueba en 1902 un proyecto presentado por un tal Joaquim Taxonera, fabricante de zapatos de profesión y propietario de terrenos. En uno de los primeros planos elaborados de lo que sería la futura Colònia Taxonera, aparecen también como propietarios dos nombres que han desaparecido de la historia del barrio: Miquel y Pere Valls. El primero constaba ya como propietario en la zona en documentos de 1877. Es probable que Taxonera acabara comprándoles los terrenos.

Plano de distribución de solares en los terrenos propiedad de D. Joaquín Taxonera, D. Miguel Valls y D. Pedro Valls sitos en el término municipal de S. Juan de Horta. 1903. AMHG

Plano de distribución de los solares en los terrenos propiedad de D. Joaquín Taxonera. 1903. AMHG

Plano de distribución de los solares en los terrenos de propiedad de D. Joaquín Taxonera, sitos en el término de S. Juan de Horta. Julio 1913. AMHG
La denominada Colònia Taxonera nace organizada alrededor de trece calles y una plaza:
Mare de Déu dels Angels, Mare de Déu de les Merces, Santa Albina, Santa Rosalia, Puig, Santa Teresa, Besós, Sant Crispí, Arenys, Rosell, Tordera, Plutón, Santa Eulalia y plaça de Joaquim Taxonera.
El eje de la colonia es el carrer Arenys, así llamado en recuerdo al municipio natal del propietario, Arenys de Mar. La zona se convierte en punto de conexión entre el Coll y la carretera de Fogars, actual Vall d’Hebron, ya que Taxonera es también dueño de al menos una parte de la denominada barriada de Lourdes, una zona del Coll situada entre el actual carrer Santuaris y Mare de Déu del Coll. Posee además algunos terrenos en Vallcarca.
La barriada de Lourdes, que había surgido en torno a una poco conocida capilla construída de 1875 a 1885 y ya desaparecida, estaba en las cercanías del Santuari del Coll.

Lourdes en un plano de 1891. Cartoteca Digital.
Debido a lo accidentado del terreno, las barriadas de Lourdes y Taxonera estaban incomunicadas y fueron necesarias varias décadas para habilitar un camino realmente efectivo entre las dos.
De la barriada de Lourdes solo nos queda el nombre actual de una de sus calles: Lorda. Las siguientes imágenes en Google de uno de sus tramos ejemplifican a la perfección las impresionantes diferencias de altura entre las calles de estos barrios de montaña.

Un tram del carrer Lorda

El carrer Lorda vist des de el carrer Fastenrath
La historia de Joaquim Taxonera está aún por escribirse, se conoce poco sobre su vida y de momento no hemos podido localizar ninguna imagen suya.
Taxonera nació en Arenys de Mar en agosto de 1857, en el seno de una familia de zapateros. Según el Informe per la celebració del centenari de La Taxonera 1915‐2015 (Bosch,Montlló) , su padre se llamaba Joaquim y su madre Teresa.
En un anuario comercial de 1887, hemos encontrado una referencia a una familia de zapateros de nombre Taxonera para el partido judicial de Arenys de Mar : Andrés Taxonera y Joaquín Taxonera, zapateros. Es posible que Andrés fuese un hermano.

Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. Partido Judicial de Arenys de Mar. 1887
Resulta sorprendente que un zapatero, posteriormente dueño de una fábrica de calzado en Barcelona, pudiese adquirir una extensión tan importante de tierras.
En marzo de 1895 aparece en La Vanguardia un artículo sobre la industria del calzado y su exportación a Cuba y Filipinas que contiene el nombre de Taxonera, establecido ya en Gràcia.

Fragmento de un artículo de La Vanguardia de 1895 sobre la industria catalana del calzado.
Según explica el mismo Valls al periodista, calcula que unos 3.000 obreros trabajan en este sector. Aproximadamente 300 trabajan para Cabrissas, 180 en su propia fábrica y de 100 a 150 lo hacen en el resto de fábricas mencionadas, lo cual incluye la de Joaquim Taxonera.
Añade que la producción es mitad de taller, mitad casera. En el taller trabajan operarios que cobran su sueldo por jornales pero las fases posteriores de producción – empeinería, montado y lujado- lo realizan mujeres en sus casas o en pequeños talleres y a las que se les paga por pieza realizada, abaratando así los costes.
Toma forma la hipótesis de que Taxonera hiciera fortuna gracias a la exportación a territorios coloniales o que incluso viviera o trabajara en Filipinas durante un tiempo. En un listado de españoles que salieron del puerto de Mindanao en enero de 1898, meses antes de perderse la soberanía sobre las islas Filipinas, encontramos el nombre de Joaquín Taxonera.
Es decir, a los 30 años, trabajaba como zapatero en Arenys de Mar, a los 38 ya es propietario de una fábrica de calzado en Gràcia y a los 41 vuelve de viaje comercial de las Filipinas. Parece más que plausible, ya que en un documento posterior, una memoria de exportadores a Filipinas de 1917, una vez más volvemos a encontrar el nombre de Joaquín Taxonera.
Cuando presenta su proyecto de urbanización en 1902, tiene pues 45 años y posiblemente cierto capital acumulado de los beneficios obtenidos en su fábrica de calzado.
En 1900, Catalunya producía el 35% del calzado español y Filipinas era uno de los principales mercados del género de punto de algodón catalán y también de sus zapatos, al que se sumaba la proximidad de futuros grandes mercados, como China y Japón, países en vías de inevitable occidentalización de ropas y calzado de la que la prensa comercial de la época se hacía eco.
De todo esto, podemos deducir que Taxonera contaba con recursos económicos importantes y un agudo sentido de los negocios que le permiten adquirir en un momento muy propicio terrenos de Can Grau, la masía más importante del Baix Carmel, y otras tierras de los alrededores.

Vista panorámica de la desaparecida masia de Can Grau. Baix Carmel, 1915. Fons Capdevila.
En el Arxiu Municipal de Barcelona encontramos documentos acerca de Taxonera y su domicilio en Barcelona, la calle Montmany de Gràcia, donde además estaba su fábrica de calzado.

Anuncio aparecido en un anuario de comercio.
En artículos anteriores, hemos visto como, por proximidad natural, muchos pequeños comerciantes de Gràcia compraban casitas y pequeños solares en el Carmel.
Taxonera se fijó en los terrenos entre barrancos de lo que hoy es la Teixonera. Sin duda, las difíciles condiciones del suelo y su escasa comunicación favorecieron que las comprara a un precio más asequible.

Fragmento de un plano de 1933 donde se observa la complicada topografia del terreno. Cartoteca Digital

La Colonia Taxonera a principios del siglo XX. A la derecha, la casa de Joaquim Taxonera, actual carrer Besós 17-19, transformada hoy en equipamiento municipal. Todocolección.
En un principio, debía tener en mente vender sus parcelas a fabricantes y comerciantes de Gràcia, de ahí el nombre de “colònia”, como lugar de veraneo para escapar del sofocante calor o lugar de recreo para los fines de semana. De hecho, una gran parte de los primeros propietarios eran comerciantes graciencs.

Casita a la Taxonera d’una familia gracienca. Arxiu Fortuny.

Casita a la Taxonera d’una familia gracienca. Arxiu Fortuny.
A partir de la primera década del siglo XX, son numerosos los anuncios de ventas de solares y casitas en la colonia Taxonera, mencionando su proximidad al tranvía del Coll, las espléndidas vistas sobre la Vall d’Horta y Collserola, los jardines con pozo, el mucho sol y lo saludable de la zona, que cuenta ya con modernas torrecitas de alquiler.
En el siguiente anuncio, un propietario residente en la calle Neptuno, actual carrer Neptú en Gràcia, pone a la venta su casita.
Las torrecitas también se ofrecían en alquiler a los extranjeros residentes, como prueba este anuncio de 1922, con el dudoso reclamo de una futura estación de metro que tardaría casi un siglo en llegar.
Muchas referencias bibliográficas se refieren a la colonia como “industrial”, incluidas las preparadas por el Districte d’Horta-Guinardó. Desde 1906, existía la bóbila de la familia Giravent y su ladrillería. En pleno boom constructivo de la Exposición Internacional de 1929, la fábrica tenía al menos más de 70 obreros. Dado que en los muchos anuncios consultados no se hace ninguna referencia a la fábrica ni a la conveniencia de su proximidad, podemos suponer que la colonia no tuvo en su origen ninguna relación con actividades de tipo industrial en la zona incluso hasta décadas más tarde, cuando de hecho se empezó ya a eliminar la palabra “colònia” para denominar al lugar, término que seguimos encontrando al menos hasta los años 60, década en la que continúa la venta masiva de torrecitas y casitas en toda esta zona para dar paso a bloques de pisos.
Si el adjetivo industrial se refiere al origen de los propietarios, comerciantes o pequeños industriales con posibilidades económicas de permitirse una modesta casa en la periferia, tampoco hemos encontrado ninguna evidencia.

Torre ya desparecida en el carrer Santa Rosalia. Fons Capdevila.
En 1913 hallamos una curiosa nota de prensa referida a un encuentro de exploradores militares en terrenos de la barriada de Lourdes, hoy parte del Coll, y propiedad de Taxonera. En ella se explica que Joaquín Taxonera obsequió a cada uno de los exploradores “con un almuerzo y una flor”. Durante este ejercicio de patrullas, uno de los exploradores encontró “un pendiente de oro con brillantes finos …que resultó ser de la señorita Mercedes Taxonera, hija del propietario de aquellos vastos terrenos”. El propio Marqués de Alfarrás, propietario de la finca de El Laberinto, “da las oportunas órdenes para felicitar al explorador y a su jefe de grupo por el hallazgo”.

Gente paseando por los alrededores de Can Llupiá / Laberint d’Horta, años 20. Foto de Matas/AMHG.
Es una buena muestra de la ascensión social de Taxonera, el zapatero que había llegado a relacionarse con un marqués.
En 1918, la Colònia Taxonera es considerada tan “pintoresca” como la vecina barriada del Carmel y los propietarios de la colonia consiguen iluminación eléctrica en el antiguo camino de San Ginés que conduce a la misma. Existen también algunos problemas con la distribución del agua, debido a la gran cantidad de nuevos pozos abiertos.
Dado que Taxonera también poseía terrenos y algunas casas en el Carmel, participa como vocal en las juntas del “Patronato Popular de Cultura y Beneficiencia de Nuestra Señora del Monte Carmelo” que solía reunirse en Can Grau.

La desapareguda masia de Can Grau al Baix Carmel. Anys 20 (?) C.E.C

Localització del solar a on es trobava la masia de Can Grau, entre els carrers Bernat Bransi i Moratín, actualment “Parc del Ranxo Grande”.
Podemos considerar a Taxonera como un hombre activamente implicado en la vida social de la Colònia y sus barrios colindantes. En 1918, cede terrenos para instalar un entoldado durante la fiesta mayor de la Taxonera, celebración que cuenta con banda de música, juegos infantiles e incluso un pequeño teatro de guiñol. En agosto del mismo año, Joaquim Taxonera ofrece también “una considerable extensión de terreno de su propiedad” para levantar la casa del Centro Obrero de Defensa Social de San Ginés de Horta, del cual es tesorero.

Fragmento de un plano de 1935. Cartoteca Digital.
La inauguración del servicio público del Auto-Ómnibus Vallcarca-Coll mejoró considerablemente los accesos a toda la zona, transporte que no escapa a los anuncios de venta de terrenos y casas de la Taxonera y alrededores.

Inauguració del servei d’Auto-Ómnibus Vallcarca-Coll. Foto de Brangulí, 1925.
En 1929, una nueva línea une Lesseps y Horta pasando por la Taxonera, respondiendo a las necesidades de una barriada creciente.

Linia Lesseps-Taxonera-Horta. Col.lecció Ariño.
Todavía en los años 40, el actual barrio de la Teixonera presentaba un aspecto rural y bucólico, sin duda aliciente para que la compañía de teatro Los Vieneses y Herta Frankel, recién llegados a Barcelona de una Europa en pleno conflicto bélico, se instalasen en una casa frente a la vivienda del fundador del barrio, convirtiéndola en su domicilio permanente.
Fue pues en la Teixonera donde se desarrollaron muchas de las propuestas teatrales y posteriormente televisivas de estos artistas. En octubre de 2015, se inauguró la plaça d’Herta Frankel cerca de donde existió la casa, derribada tras la muerte de la marionetista, todavía recordada como vecina por muchas personas de Teixonera y Carmel.

La plaça d’Herta Frankel a la Teixonera. Foto d’Ajuntament, 2015.
La casa de la familia Taxonera, todavía en pie, se encuentra en el carrer Besós y es actualmente un equipamiento municipal.
Sorprende su sencillez y conserva el aire de torrecita de clase media mercantil, modesta pero cómoda, en un paraje que entonces debía ser –casi- paradisíaco.
Poco más se conoce del industrial zapatero que dió nombre al barrio, sembrando de referencias familiares los nombres de sus calles.
*Nota 1: Este artículo es una versión revisada y ampliada de un artículo aparecido en la revista La Botiga del Barri, revista de la Federació de Comerciants dels Tres Turons. Carmel Comerç, Mercat del Carmel i Comerciants Teixonera.
*Nota 2 acerca de los nombres Taxonera y Teixonera. Fragmento de “Antropònims del nomenclàtor de carrers de Barcelona” de Jesús Portavella: